Lo de Gorillaz, fruto de la colaboración entre Damon Albarn y Jamie Hewlett, empieza a no tener nombre. El grado de productividad está llegando a unos límites insospechados. Como ya bien todos sabeis, se cascaron ese discazo que es Plastic Beach en marzo de este 2010. Desde entonces han dejado atrás ese estilo cuentagotas que habían venido practicando desde su debut: dos discos en 9 años (Gorillaz en 2001 y Demon Days en 2005) y escasísimos conciertos a pesar del exitazo del proyecto. Pero, como venía diciendo, todo esto ha cambiado con su último disco. Avalanchas de videos en su canal de youtube, un single inédito publicado el 21 de noviembre, Doncamatic, y, para colmar la interactividad del proyecto, han decidido regalar a los seguidores de la banda un original calendario de adviento. Es este calendario de adviento el que está comenzando a salirse ya de todo lo esperado. Su funcionamiento es muy sencillo. Cada día, a través del calendario, van descubriendo un regalo en forma de imagen, video o incluso videojuego. Pero la historia es que la cosa irá in crescendo hasta el gran regalo del día de Navidad. Pero la sorpresa no ha aguantado demasiado, sobre todo por que los creadores así no lo han querido, y se ha confirmado (tal y como algunos medios ya han anunciado como Hipersónica o Pitchfork) que el regalo de Navidad será un nuevo disco de Gorillaz en descarga gratuita, precedido por el primer single el día 24 de diciembre. Parece ser, según dice la web de la banda, que el disco solo podrá ser descargado por los miembros del club de fans, pero estoy seguro que eso no será impedimento para que todo el resto de mortales podamos escucharlo.
Este es el video regalado por Gorillaz, el videoclip de "Welcometo the plastic beach", que cuenta con la colaboración estelar (o no) de Snoop Dogg.
Por ahora no se sabe demasiado del disco. El único dato relevante, dicho en boca de los propios creadores, es que ha sido realizado integramente a través del iPad de Apple durante la gira llevada a cabo por la banda en Norteamérica durante el mes de octubre. Es cierto que esto suena a acuerdo comercial por algún lado entre la banda y la empresa de informática. Aunque, a decir verdad, si lo es o no me importa bien poco si la cosa se traduce en el cuarto disco de la banda, el segundo del año. Así las cosas, uno, por más manía que le tenga a las fiestas navideñas, no sabe si tendrá paciencia suficiente para levantarse el día de navidad y ver que habrá debajo del árbol navideño virtual que Gorillaz nos ha montado este año. De todas formas, la cosa me deja un sabor agridulce, y una vocecilla prejuiciosa en mi interior me dice que este ritmo loco solo puede desembocar en sobresaturación. Espero equivocarme.